En Crivillén (Teruel), las puertas de su escuela llevan cerradas desde que el pasado mes de junio los niños empezaran a disfrutar sus vacaciones de verano. Los cinco alumnos de primaria que restaban en el colegio tuvieron que empezar el nuevo curso en el colegio Manuel Franco Royo de Andorra, a 17.5 kilómetros de distancia. Otro, también viaja en la misma ruta hasta el Colegio Gloria Fuertes. Cada día, un autobús que llega desde Utrillas -en las Cuencas Mineras-, los recoge en torno a las 9.30 horas y los devuelve a las 17.30. Sin embargo, los padres no entienden cómo en sus coches tienen la obligación de llevar a sus hijos sobre una silla homologada y con el cinturón de seguridad, pero en la ruta escolar prescinden de este tipo de retención infantil. (seguir leyendo)
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