La escuela
pública es un lugar de encuentro entre generaciones, un espacio plural de
convivencia ciudadana y un laboratorio de democracia real. En sus aulas,
pasillos, recreos, comedores y bibliotecas viven y conviven escolares de
distinta procedencia y extracción social con profesores de diferentes niveles y
especialidades y con un personal de administración y servicios que también
ejerce una función educadora. Es la escuela de todos y para todos y se
construye entre todos.
Desde estas
premisas se conformó en los primeros años de nuestra democracia la FAPAR , Federación
de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón Juan de Lanuza,
integrada en la
Confederación Española de Asociaciones de Padres de
Alumnos (CEAPA).
A comienzos
de los setenta ya existía la Federación Provincial de APAS de
Zaragoza. Aprovechando el resquicio de la Ley General de
Educación se crearon aquellas asociaciones pioneras en muchos colegios públicos
e institutos de nuestra ciudad. Apoyadas por enseñantes comprometidos en
movimientos de renovación pedagógica y, quizá precisamente por ello, orilladas
con frecuencia desde las instancias oficiales, intentaban abrir nuevos cauces
de participación en una anquilosada institución escolar manejada con esquemas
autoritarios.
Cuando, por
fin, se garantizó constitucionalmente el derecho a la participación efectiva
de todos los sectores educativos en la enseñanza, aquellas primeras
asociaciones de padres fueron consolidándose como parte fundamental de la
comunidad escolar. La Ley
Orgánica del Derecho a la Educación (LODE)
facilitó su participación directa en la gestión de los centros a través de los
Consejos
En ese
ambiente participativo, en septiembre de 1984 se creó la FAPAR , conjunción de las
federaciones de las tres provincias aragonesas. Su primer local, en un bajo del
lateral del antiguo colegio de Maristas, fue cedido por el Ayuntamiento de
Zaragoza. Luego pasaron a un piso de la calle Méndez Núñez hasta que, en 1993,
la administración educativa les cedió parte del colegio Tomás Alvira, la
antigua Escuela del Matadero de Ricardo Magdalena. Asumidas las transferencias
educativas, el Gobierno de Aragón les adjudicó un espacio en el Centro de
Participación Educativa, ubicado en el antiguo colegio público Rosa Arjó.
Allí, en el corazón del barrio de las Delicias, continúan -a pesar de las
estrecheces de todo tipo que han tenido que soportar- para desarrollar sus
múltiples actividades de atención a las familias y a sus asociaciones.
Porque
FAPAR, entidad social no confesional e independiente y nacida en esta ciudad,
aglutina a más de 400 AMPAS de toda la Comunidad Autónoma
a las que les ofrece asesoramiento jurídico y administrativo para favorecer y
fomentar su participación en los centros educativos y, además, formación a
través de una escuela de padres para que puedan disponer de herramientas
adecuadas en la formación de sus hijos.
FAPAR es
posiblemente uno de los movimientos asociativos directos que más ciudadanos
aglutina y que mayor incidencia ha tenido y tiene en el día a día de nuestra
ciudad. La inmensa mayoría de las familias con hijos escolarizados en centros
públicos zaragozanos pertenecen a la
AMPA de su colegio o instituto. Las AMPAS contribuyen a
mejorar la vida cotidiana de los ciudadanos más jóvenes y a insertar la escuela
en su barrio al colaborar con las entidades ciudadanas que trabajan en el mismo
distrito. Esa labor de micropolítica activa es fundamental para hacer de
Zaragoza una ciudad más habitable y con proyección de futuro.
FAPAR ni
quiere ni puede olvidar que su objetivo fundamental es conseguir una escuela
digna, gratuita, democrática, participativa y de calidad para todos. Por
eso alza su voz en la Plataforma
por la Escuela Pública
cuando considera que hay problemas en el servicio público de la educación. En
esa tarea hay que hacer mención especial a las juntas directivas de FAPAR desde
su constitución y, en particular, a sus presidentes que, por orden cronológico,
asumieron esa especial responsabilidad: Jacinto Lasheras, Justo Alijaldre,
Manuel Benedí, Teresa Paniello, Ana Abán y, actualmente, Juan Ballarín.
Por todo lo
expuesto, la Ciudad
de Zaragoza se honra en nombrar Hija adoptiva a la Federación de Padres y
Madres de Alumnos (FAPAR) Juan de Lanuza en la persona de su actual
Presidente, Juan Ballarín, reconociendo así a los miles de padres y madres,
muchos de ellos además profesores, que apuestan por la escuela pública.
Carlos Pérez
Anadón
Portavoz del Grupo Municipal Socialista
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