NUEVAS GUÍAS EN VARIAS MATERIAS.

Editan una guía sobre las etapas de desarrollo de los niños hasta los 3 años. La publicación se dirige a padres y docentes
La Dirección General de Familia del Gobierno de Aragón, junto con la Fundación de Atención Temprana (FAT) y la Obra Social de la Caixa, ha publicado la Guía del desarrollo del niño, que explica de una forma didáctica y comprensiva para padres y madres las diferentes etapas de crecimiento y comportamiento de los menores de 3 años, al tiempo que muestra diferentes indicadores de alarma en el caso de que alguno de los hitos del desarrollo no se ajuste a los esperado.
Más de 69.000 escolares reciben un manual con consejos de autoprotección en incendios, inundaciones o accidentes .

Otro manual con el título "Pequeños consejos de autoprotección en caso de incendios, inundaciones o accidentes caseros", destinado a niños de entre 6 y 11 años. La consejería de Política Territorial, Justicia e Interior del Gobierno de Aragón va a distribuir 69.481 ejemplares en 379 colegios de la Comunidad autónoma. El manual pretende dar a conocer a la población infantil aragonesa cómo actuar ante diferentes emergencias, informó la consejería de Política Territorial, Justicia e Interior en un comunicado.


El Departamento de Salud y Consumo y la Fundación Ecología y Desarrollo han editado una guía que informa sobre las molestias que genera el ruido y sus posibles efectos adversos sobre la salud de las personas expuestas a este contaminante acústico.


Salud y Consumo y la Fundación Ecología y Desarrollo han editado una guía que informa sobre los productos químicos tóxico más comunes en el hogar. También ofrece consejos prácticos para sustituir estas sustancias por alternativas más seguras y para llevar a cabo la correcta gestión de los residuos tóxicos que se generan en los hogares.


Fuente: HERALDO DE ARAGÓN 24/02/09 – SALUD - L. C. Zaragoza

¿Es tóxico mi champú?
Desde alergias hasta cáncer o alteraciones en las hormonas y el sistema reproductor. Algunas sustancias nos rodean escondidas en cosméticos o desinfectantes, pero hay que empezar a evitarlas. Una guía ayuda a identificarlas.

Sabe usted que nunca, bajo ningún concepto, debe usar lejía y amoniaco de forma combinada? ¿O que si se trata con un producto anti-caspa que lleva sulfuro de selenio puede sufrir un cuadro de irritación? Incluso, algunos componentes de cosméticos contienen disruptores hormonales o lo que algunos conocen como 'tóxicos para la reproducción'.
Rara vez nos paramos a leer la composición de limpiadores, productos de higiene o insecticidas, en parte, porque la inmensa mayoría de la gente no entiende nada cuando lee la composición escrita en los envases. Pero eso no debe ser excusa para no prevenir.
En el mercado europeo existen unos 100.000 químicos diferentes que se mezclan para formar millones de productos. Sin embargo, nunca se han analizado los efectos para la salud y el medio ambiente de más del 90% de estas sustancias.
Salud y Consumo y la Fundación Ecología y Desarrollo han editado una guía que informa sobre el riesgo químico en el hogar, y sobre las sustancias químicas peligrosas más comunes en nuestra vida diaria.
Allí ofrecen información acerca de las opciones más seguras a la hora de adquirir estos productos y explican que los daños ocasionados sobre la salud de las personas se pueden dividir en efectos agudos (quemaduras, irritación de ojos, de piel o de vías respiratorias, asfixia, mareos, dolor de cabeza...), o efectos crónicos (alergias, asma, enfermedades y lesiones respiratorias, enfermedades y lesiones del sistema reproductor, alteración del sistema hormonal, cáncer, etc). Estos últimos aparecen días, meses o incluso años después.
Sustancias a evitar
Solemos pensar que todas están en detergentes o desinfectadores, pero también se encuentran en nuestro lugar de aseo personal.
Se deben evitar los champús que tienen formalheido como conservante, porque es un agente cancerígeno reconocido. Es corrosivo al contacto con los ojos y la piel, e inhalar este gas puede causar edema pulmonar. Existen serios indicios de que, además, puede ser cancerígeno.
Además, los anti-caspa a base de sulfuro de selenio son irritantes y hay pruebas de carcinogenicidad en animales. En los cosméticos, el fenol y el fenil son conservantes, pero el primero puede afectar al sistema nervioso, el corazón, el hígado o el riñón.
Por ejemplo, en los detergentes, el glutaraldehido es un gran desinfectante, pero resulta altamente irritante, sobre todo al contacto con la piel y el sistema respiratorio (puede causar dermatitis alérgica, asma, rinitis y conjuntivitis).
Los amizcles sintéticos, usados para las fragancias de detergentes o ambientadores, son capaces de interferir en el sistema hormonal de peces y anfibios. Asimismo, están en geles de ducha, jabones, cremas de manos y perfumes. También se relacionan con alergias o pérdidas de concentración y mareos.
Por otra parte, algunas pastas dentales tienen triclosán, que puede irritar los ojos y la piel. En los desodorantes hay que evitar el clorhidrato de aluminio.
La lejía y el amoniaco, por su parte, pueden contaminar el agua y destruyen las bacterias beneficiosas que descomponen las aguas residuales. Estos dos productos no deben mezclarse nunca.
En los abrillantadores de suelo y muebles hay que evitar el fenol, que puede causar erupciones cutáneas. Su ingesta puede provocar convulsiones. Por otra parte, el limoneno suele usarse en ambientadores, aunque sensibiliza la piel si el contacto es prolongado. En estos casos también se deben evitar el naftaleno o el fenol.

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